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Radio Renacer Internacional llevando el evangelio a los 5 continentes.Evangelio según San Juan 3,31-36Creer en el Hijo para tener la vida eterna: “El que viene de lo alto está por encima de todos. Pero el que viene de la tierra es de la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel al que Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu. El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la ira divina perdura en contra de él”Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco:
El que no crea al Hijo no verá la vida… La obediencia muchas veces nos conduce por una senda que no es la que yo pienso que debe ser: existe otra, la obediencia de Jesús que dice al Padre en el huerto de los Olivos “que se cumpla tu voluntad”. Obrando así, Jesús obedece y nos salva a todos. Por lo tanto, debemos estar dispuestos a obedecer, tener la valentía de cambiar de camino cuando el Señor nos lo pid». Y por ello quien obedece tiene la vida eterna; y quien no obedece, la ira de Dios permanece en él.
Precisamente, en este marco, podemos también reflexionar sobre la lectura del Libro de los Hechos de los apóstoles (5, 27-33), más precisamente sobre el diálogo entre los apóstoles y los sumos sacerdotes… Los apóstoles predicaban al pueblo y con frecuencia se reunían en el pórtico de Salomón. Todo el pueblo iba allí a escucharlos: hacían milagros y el número de los creyentes crecía. Pero un pequeño grupo no se atrevía a unirse a ellos por temor, estaban lejos. Sin embargo, también de los sitios vecinos, de los poblados vecinos, llevaban a los enfermos a las plazas, en camillas, para que al pasar Pedro al menos su sombra los cubriese un poco y los curase. Y se curaban.
Y así, los sacerdotes y el grupo dirigente del pueblo se enfureció: de hecho tenían muchos celos porque el pueblo seguía a los apóstoles, los exaltaba, los loaba. Y así dieron orden de meterlos en la cárcel. Pero por la noche el ángel de Dios los libera, y no es la primera vez que hará esto. Por eso cuando por la mañana los sacerdotes se reúnen para juzgarlos la cárcel estaba cerrada, toda cerrada y ellos no estaban. Después tienen conocimiento de que los apóstoles habían regresado allí, al pórtico de Salomón, a predicar al pueblo. Y los convocaron de nuevo a su presencia.
El pasaje de los Hechos, cuenta lo que sucede en aquel momento: los comandantes y los sirvientes condujeron a los apóstoles y los presentaron en el Sanedrín. Y, se lee también en la Escritura, el sumo sacerdote los interrogó diciendo: “¿No les habíamos prohibido expresamente enseñar en ese nombre? Y han llenado Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre.
A estas acusaciones Pedro responde: !Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres!. Y así repite la historia de salvación hasta Jesús. Pero al oír este kerigma de Pedro, esta predicación de Pedro sobre la redención realizada por Dios a través de Jesús al pueblo, los miembros del Sanedrín se enfurecieron y querían matarlos. En realidad, fueron incapaces de reconocer la salvación de Dios aun siendo doctores que habían estudiado la historia del pueblo, habían estudiado las profecías, habían estudiado la ley, conocían casi toda la teología de pueblo de Israel, la revelación de Dios,
La pregunta es «¿por qué esta dureza de corazón?». Sí, su dureza no es dureza de mente, no es una simple testarudez. La dureza está en su corazón. Y entonces se puede preguntar: ¿cómo es el recorrido de esta testarudez total de mente y corazón? Cómo se llega a esto, a esta cerrazón, que incluso los apóstoles tenían antes de que llegara el Espíritu Santo. Tanto que Jesús dice a los dos discípulos de Emaús: “Necios y torpe,Amen.